Contaminación de los ríos, embriones congelados, virus del sida, agujero de ozono, robots ¿Cómo comprender estos objetos extraños que invaden nuestro mundo? ¿Proceden de la naturaleza o de la cultura? Hasta aquí, las cosas eran simples: para los científicos, la gestión de la naturaleza; para los políticos, la de la sociedad.
Pero esta división tradicional del trabajo no puede explicar la proliferación de híbridos.
De allí el sentimiento de pavor que generan y que los filósofos contemporáneos no consiguen disipar.
¿Y si hubiéramos tomado el camino errado? De hecho, nuestra sociedad moderna nunca funcionó de acuerdo a la gran división que sustenta su sistema de representación del mundo: la que opone radicalmente la naturaleza a la cultura.
En la práctica, los modernos no dejaron de crear objetos híbridos, que proceden tanto de la una como de la otra y que se niegan a pensar.
Nunca fuimos verdaderamente modernos.
Y es este paradigma fundador el que es preciso cuestionar hoy para comprender nuestro mundo.
Traducida a más de veinte lenguas, NUNCA FUIMOS MODERNOS renovó profundamente los debates en la antropología en tanto modificó por completo la división entre naturaleza en singular y culturas en plural.
Al ofrecer una alternativa al postmodernismo, Bruno Latour abrió nuevos campos de investigación y brindó a la ecología posibilidades políticas inéditas.
Políticas de la naturaleza ‘El fin de la dicotomía entre naturaleza y cultura y el nacimiento de la ecología política’
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