El hombre sigue atrapado espiritual y moralmente en las mismas cuestiones desde hace siglos. Cuando Sócrates preguntaba en el Ágora y charlaba con los atenienses, de algún modo, ya hacía política, pero la modernidad ha sabido separar con éxito la práctica política de la teoría filosófica, un hecho que empobrece el discurso moral e instrumentaliza para su interés todo lo que pueda ser peligroso para su permanencia.
Eder Santana reivindica en este ensayo la fenomenología trascendental de Husserl y el existencialismo de Sartre, con gran amenidad y claridad, como posible solución a la apatía política actual que sufre nuestra generación. Una revaloración de los problemas político-sociales actuales para intentar llegar a su esencia y descubrir su naturaleza.
La rigurosidad, en cierto modo provocativa, de Existencialismo y poli´tica abre las puertas a un autor que cree firmemente en el humanismo y, por ende, que el sujeto ha de ser el protagonista de la historia, comprometerse activamente con el mundo

