Descripción
El imperio lingüístico del latín, orgullosamente elogiado por Lorenzo Valla en el proemio de sus Elegantiae, latinizó las otras lenguas, pero también expolió las vecinas, incluidas las amerindias y orientales contactadas en los siglos XV y XVI.
Las razones de por qué y cómo surgen nuevas acepciones y nuevos términos para designar las nuevas realidades son estudiadas en este libro desde la doctrina que los gramáticos establecen al respecto, y desde las razones que llevaron a los hablantes a hacerlo.
Una referencia ineludible para todo aquel que quiera conocer el momento, el origen y la justificación de los neologismos que fue incorporando la lengua latina desde la Antigüedad hasta el Renacimiento.