Siguiendo a Aristóteles, Tomás de Aquino abre su comentario estudiando los principios de las cosas naturales y lo termina con la demostración de la existencia de un primer motor. Estos textos son expresión de un pensamiento maduro e incluyen la consideración de otros exégetas del Estagirita, particularmente los árabes Avicena y Averroes y de otros autores citados por ellos.