La primera de sus «Consideraciones intempestivas» fue escrita por Friedrich Nietzsche (1844-1900) como la «maligna carcajada de un espíritu muy libre a propósito de un espíritu que se tenía por tal».
«David Strauss, el confesor y el escritor» -subtítulo de la obra- provocó un enorme escándalo en el que participaron, a favor o en contra, casi todas las grandes personalidades de la época.
Para Nietzsche, sin embargo, este ataque no estaba motivado por cuestión personal alguna, sino que con él entablaba una lucha a vida o muerte contra la «cultería» alemana que había puesto de manifiesto el éxito de «La vieja y la nueva fe» (1872) de Strauss y que le era preciso destruir si quería que sus propios ideales de renovación tuvieran alguna posibilidad de triunfo.
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