Corona de Aragon, invierno de 1374. Guillemona de Togores, dama de la corte de Leonor de Sicilia, tiene una enfermedad que empeora por momentos. No come, sufre de fiebres y apenas puede levantarse de la cama. Los medicos de la corte la visitan tres veces al dia, pero sus tratamientos no consiguen que mejore y se empieza a temer por su vida. Sus amigas deciden intentar otra via. Una dama llamada Sereneta se la lleva a su casa, convencida de que el ambiente de palacio no favorece la curacion. Alli, Guillemona se repone gracias a los cuidados de su amiga.
Por las cartas que se conservan, sabemos que las amistades de Guillemona conocian el valor de los vinculos y la cercania en el proceso de curacion. Pero no eran las unicas: las sanadoras, las matronas y los medicos tambien los utilizaban. Frente al estereotipo de una medicina medieval basada en sangrias y supersticiones, Curar y cuidar presenta a sanadoras como Jacoba Felicie, que diagnosticaban mediante la orina y el pulso; a matronas como Bonanada, que viajaba para atender partos en diferentes reinos, y a medicos como Arnau de Vilanova, que reflexionaba sobre la confianza de los pacientes. Un recorrido fascinante por la Baja Edad Media que nos muestra que, por entonces, ya se conocia la importancia de curar cuidando.
Montserrat Cabre i Pairet es catedratica de Historia de la Ciencia en la Universidad de Cantabria, desde donde impulsa el desarrollo de perspectivas feministas en los estudios culturales e historicos de la ciencia y la tecnologia.
Fernando Salmon Muniz es catedratico de Historia de la Medicina en la facultad de medicina de la Universidad de Cantabria. En la actualidad, su trabajo de investigacion se centra en la historia cultural de la medicina medieval, abordando una amplia tematica que va desde el analisis de las alteraciones mentales hasta el estudio de la retorica narrativa del sistema medico humoral.