El debate sobre el humor y sus límites agita a nuestra opinión pública casi a diario.
Polemizamos con los asuntos sobre los que se puede bromear y los que no, y en qué tono; tratamos de hacer la risa compatible con el respeto a los asuntos más sensibles (las creencias, las instituciones, el honor) pero tenemos más que asumido que no es posible (ni siquiera conveniente) borrarla de nuestros rostros.
Y es que nunca como hoy el sentido del humor (la capacidad de emitir y recibir lo cómico) ha tenido tanto protagonismo en ámbitos considerados tradicionalmente «serios», como el político o el académico, ni ha estado asociado al encanto y el carisma (la gracia) de una persona.
Este libro estudia el proceso que nos ha traído hasta aquí en los dos últimos siglos y medio.
Trataremos los tópicos nacionales, la sátira anticlerical y el humor feminista, además del sexista; los encontraremos en el arte, la literatura, la prensa, la radio, el cine o las redes sociales; y lo haremos de la mano de personajes como Goya o Emilia Pardo Bazán.
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