Descripción
No es la razón sola el instrumento de nuestra mente capaz de alcanzar lo más profundo, a veces es indispensable la poesía, la narrativa o el teatro para vislumbrar lo que con razones solo no podría entenderse y parecería absurdo.
Por eso no podemos o no debemos reducir la filosofía académica al modo racionalista o al modo analítico, hoy tan presuntuosamente imperantes en nuestras universidades, como si no hubiera otro modo de pensar.