Poco después de la segunda guerra mundial el estdadista estadounidense Dean Acheson advirtio deque la creacion de un Estado judio en tierras ya habitadasdurante siglos por musulmanes y cristianos «pondria enpeligro» tanto los intereses estadounidenses como los occi-dentales en la region. A pesar de advertencias como esta ylas energicas objeciones de los principales expertos diploma-ticos y militares de la epoca, el presidente Truman apoyo elestablecimiento del Israel moderno en territorio palestino.Como demuestra Weir, los politicos norteamericanos fueronbombardeados por un enorme cabildeo pro-israeli dirigidodesde organizaciones sionistas bien financiadas, hasta una«sociedad secreta» entre cuyos miembros estaba el juez dela Corte Suprema Louis Brandeis.
La historia de cómo los sionistas manipularon al Gobierno ylos medios de comunicación estadounidenses para promoverlos intereses de Israel permanece «oculta» al público en gene-ral, apenas existe bibliografía. Quienes han tratado de llevaresta información al gran público han sufrido ataques verbalesy amenazas económicas que rápidamente silencian el mensa-je y, a menudo, destruyen al mensajero. Pero el libro de Weirofrece una respuesta inequívoca: Estados Unidos tuvo un pa-pel fundamental en la creación del Estado judío en las tierrasárabes de Palestina, a expensas de sus habitantes.