¿Puede introducirse la filosofía en la escuela primaria? La mayoría de las personas que oyen hablar de este tipo de iniciativa, ya tengan una predisposición favorable o crítica, en un primer momento se quedan perplejas y se plantean la siguiente pregunta: ¿cómo se puede filosofar con niños de tres a once años cuando los estudiantes de bachillerato a menudo tienen problemas con esta extraña asignatura de reputación más que dudosa y cuyos rendimientos académicos no suelen ser especialmente buenos? Podemos entonces plantearnos la pregunta de otra forma: cuando el alumno está en bachillerato, ¿no es ya demasiado tarde para empezar a filosofar? En el fondo se trata de reconsiderar el significado de la palabra filosofía. Ya no se trata de esa visión académica tradicional que se basa principalmente en la historia de la filosofía. Y no es que nosotros queramos ignorar a los filósofos consagrados, pues ellos nos ayudan a constituir nuestra práctica. Pero lo importante es aprender a pensar por uno mismo y a través de los otros. Aprender a analizar los problemas, a profundizar en ellos y a producir conceptos. En este libro proponemos una serie de pistas teóricas y prácticas a todos aquellos profesores y padres que piensan que nunca es demasiado pronto para aprender a reflexionar y que hay que propiciar que los niños se pregunten por las cosas.
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