En el presente volumen, Judith N. Shklar trata de manera clara y cautivadora un tema de capital importancia para el estudio de la política. La autora nos ofrece un examen detallado de las diferentes tradiciones liberales, aborda el papel de los derechos en la cultura política y, finalmente, resalta y analiza tres críticas que, dentro de la propia tradición liberal, se les suelen hacer a quienes ponen el énfasis en la teoría y la práctica de los derechos.

El lector encontrará aquí un claro ejemplo de lo que la teoría política puede conseguir cuando no se limita a operar en un «espacio social estático y vacío», esto es, en el terreno del análisis filosófico abstracto, conceptual, sino que presta mucha atención a «la historia y las presentes realidades de nuestras instituciones».

Se trata de una excelente ilustración del liberalismo por el que aboga la autora, un «liberalismo de los oprimidos», que busca poner coto a los poderosos, reducir todas las formas de desigualdad social y garantizar así las condiciones de la libertad para todos.