Me he sentado a mi mesa a las seis de la mañana, dispuesta a escribir esta nota de una, sin prisa tampoco, pero con determinación. «Y ya me lo quito de en medio y me voy al campo, que hace frío, pero saldrá el sol y eso siempre es una alegría, ver los brillos que deja la helada sobre la tierra, etc.» He pensado hasta el etc. Si es que lo que me pasa a mí, por lo que no voy a llegar a nada en la vida, es porque pienso mucho, cada vez más, pasan los años y yo pienso, lo pienso todo y mucho. Pienso hasta los etc. He sido capaz, ya sobre las seis y media o así, de ponerle el título: Ay mamá, para ver si con un tema, con la idea de hablar de algo que me sé, me resultaba más fácil. Y entonces he ido a buscar la canción de Bandini y eso ya ha sido mi perdición. El mundo moderno, tal como lo conocemos, no está pensado para que la gente que piensa tanto escriba boletines los domingos. Youtube, facebook, twitter. Está la Bandini por todas partes. Me pongo a escribir sobre las diez de la mañana, al cabo. Y sé que podría haber sido peor. Ay.
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