Descripción
Las ciencias de la vida en el siglo XVIII son un claro ejemplo de la vigencia de valores no epistémicos en el conocimiento y la actividad científica. Lejos de la mecánica racional, la geometría y el cálculo, la ciencia se asocia a una moda ligada al gusto por lo licencioso y lo sórdido. El estudio de la reproducción animal, la regeneración de miembros amputados, la fisiología experimental, la búsqueda del asiento del alma, la psicología de las pasiones o los experimentos sobre hibridación aparecieron como punto de intersección entre las tendencias materialistas y las pasiones mundanas.