En las épocas victoriana y eduardiana surgió un gran interés por lo sobrenatural por parte de escritores, y también escritoras, subrayando la vinculación ancestral entre la mujer y el territorio de lo mágico. Elisabeth Gaskell y Margaret Oliphant creían firmemente en la existencia de los espíritus, tal como se evidencia en sus relatos «El cuento de la vieja niñera» y «La puerta abierta», respectivamente. Amelia Edward destacó por la calidad de su prosa, como se refleja en el cuento titulado «La
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