Descripción
Las alternativas radican en el imaginario, no en la fantasía.
Así lo demuestra Ramiro Ávila Santamaría, doctor en Sociología jurídica y docente universitario, quien ofrece la utopía como herramienta de transformación.
A diferencia del deber ser, que sólo corre en un sentido de exigencia, la utopía es ambidiestra: surge del imaginario -la médula humana, de la cultura- para plantear nuevas posibilidades sociales y luego volver a nosotros para cuestionarnos.
¿Pueden la cosmovisión de los pueblos y las luchas sociales abrevar a la política, al derecho, al pensamiento crítico?